El gobierno planea aplicar la iniciativa que en Estados Unidos ha logrado fomentar hábitos de vida saludable en 10 mil colegios.
Un exitoso plan de fomento al uso de la bicicleta que cambió los hábitos de transporte y salud de escolares de 10 mil colegios de Estados Unidos podría ser replicado en Chile a partir del próximo año.
El Ministerio de Transportes está estudiando la iniciativa para iniciar un plan piloto que apunta a crear ciclorrutas escolares en todo el país.
Para concretar la medida, expertos del ministerio invitaron al país a Jennifer Toole, la experta norteamericana que lideró el plan «Viaje seguro al colegio», una verdadera cruzada contra la obesidad y la creciente desaparición de los escolares-ciclistas de los colegios de Estados Unidos.
«Tenemos un gran problema con la obesidad infantil. Hoy los niños ya no caminan ni van en bicicleta al colegio. La vida sana ha dejado de ser parte de la cultura norteamericana. La gente prefiere los autos. La mitad de los chicos son llevados en autos y sólo el 15% va caminando o en bicicleta al colegio», explica Toole, quien es directora de la consultora Tool Design Group, que diseñó el plan en el país del norte.
El programa se inició en 2005 y ha logrado elevar la tasa de uso hasta en 15% en las ciudades donde funciona. También fue clave para reducir la congestión, porque en EE.UU. cerca de 20% de los problemas de tráfico en hora punta son generados por padres que van a dejar a sus hijos al colegio.
«Tenemos un plan marco de construcción y expansión de ciclovías, que es un paso fundamental para facilitar el desplazamiento en bicicleta por las ciudades. Estamos mirando particularmente las experiencias exitosas a nivel internacional, para incentivar el uso seguro de la bicicleta», explica el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.
Desde la infancia
Toole añade que para que la iniciativa dé resultados, la intervención debe comenzar en un grupo limitado de colegios, crear el hábito y expandirlo en barrios, ciudades y, luego, en todas las regiones.
«Veo muchas similitudes a las de Estados Unidos. Nosotros no tenemos una red de ciclorrutas en muchas ciudades tampoco. Algunas soluciones han consistido en planear rutas al colegio y comenzar con esas vías para que los niños tengan un camino conocido y seguro. En algunos casos si hay un volumen bajo de autos a baja velocidad se puede compartir la ruta con autos», detalla la consultora.
Magdalena Morel, directora de la organización Ciudad Viva -que trabaja con la intendencia en el plan para habilitar 690 kilómetros de ciclorrutas para 2012- aplaude la iniciativa: «Es relevante que se desarrolle con la comunidad escolar y no sea impuesto desde arriba, sino que se diseñe en conjunto, desde un principio, con los colegios, los apoderados y los vecinos del sector. Si comienza desde el colegio, esto puede inculcar estos valores y esta forma de vivir la ciudad».
Amarilis Horta, de la agrupación Bicicultura, señala que estas iniciativas «deben comenzar a trabajarse a temprana edad, para que los niños formen hábitos de vida activa, saludable y de responsabilidad frente a vida urbana. Así, podrán desarrollar un apego distinto a su barrio y amplían los límites impuestos por la ciudad que hace que los niños se recluyan en el espacio privado».
Por Manuel Valencia, la tercera 25 de abril del 2011.