Está claro que esta terrible imagen es uno de los iconos de la Guerra de Vietnam (1959-1975), de hecho fue merecedora del Pulitzer en 1969. Hace poco más de 40 años que fue tomada por Eddie Adams, entonces fotógrafo de AP, el 1 de febrero de 1968.
El hombre que tiene la pistola en la mano es el general Nguyen Ngoc Loan, de la policía survietnamita. Al que le apuntan es un prisionero del Vietcong, recién capturado por el general, a punto de ser ejecutado.
Todo ocurrió durante el segundo día de lo que quedó para la Historia como ‘Ofensiva del Tet’. El Vietcong acababa de matar a 34 personas, en su mayoría agentes de la policía nacional y sus familiares.
Esta imagen se convirtió en icono porque representaba todo lo que iba mal en Vietnam. El ejército de los EEUU no era capaz de controlar a sus aliados de Vietnam del Sur, tan sanguinarios como su enemigo, Vietnam del Norte. Una compleja situación política contenida en una foto. En dos personas, un ejecutor y una víctima.
Movimientos pacifistas tomaron la imagen como representación de la brutalidad de una guerra sin sentido, como arma arrojadiza contra el gobierno. Dicen que ésta, y las muchas imágenes similares que llegaban desde Vietnam, consiguieron que Lyndon Johnson no permaneciese dos legislaturas en el poder.
Lo que quizás no es demasiado conocido acerca de esta foto es la historia que tiene detrás. Y es que Adams no estaba de acuerdo con la interpretación obvia de su foto y esto le hizo víctima de la fama de su obra más conocida el resto de su vida:
El general mató a un Vietcong con la pistola. Yo maté al general con mi cámara fotográfica. La fotografía es el arma más poderosa del mundo. La gente se las cree, pero las fotos mienten, incluso sin ser manipuladas. Sólo son medias verdades.
Lo que la fotografía no preguntaba era ‘¿Qué hubieras hecho tú de haber sido el general en aquel momento y de haber sido tú el que capturó al supuesto tipo malo después de que hubiera volado por los aires a uno, dos o tres soldados americanos?’
Tras la difusión mundial de la foto, AP mandó a Adams que acompañase al general Loan, lo que le hizo cambiar de opinión acerca de él.
Este tipo es un héroe.
Combatía en nuestra guerra, por su pueblo. Había ayudado a construir un hospital en Saigón. Acababa de asistir a la masacre de varios de sus compañeros.
Durante el resto de su vida, Adams pidió perdón al general Loan y a su familia por los daños causados. Loan acabó mudándose a los Estados Unidos, pero siempre fue víctima de aquella imagen y no tuvo mucho éxito en los negocios que emprendió, pues siempre era relacionado con el fatídico momento.
Cuando el general murió, en 1998, Adams envió flores a su familia y una nota: «Pido disculpas, mis ojos están llenos de lágrimas».
Adams murió en 2004.