Antioxidantes, vitaminas, proteínas y grasas presentes en los alimentos inciden en una mejor apariencia.
Máscara de palta para humectar; rodajas de pepino para las ojeras; avena con miel para exfoliar; tomate para hidratar y desinflamar… El botiquín de productos vegetales para cuidar la piel es amplio y variado. Sin embargo, el beneficio de algunos alimentos sobre la piel no se da sólo a través de su aplicación exterior, sino también a través de su consumo.
Vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos presentes en frutas, verduras, lácteos, legumbres y otros integrantes de la pirámide alimenticia son esenciales para mantener la piel saludable y en las mejores condiciones.
«No hay ningún alimento que aporte por sí solo todas las proteínas y vitaminas que uno necesita; por eso es importante tener una dieta balanceada, que incluya la mayor cantidad de productos», precisa Vanessa Vega, nutricionista de Clínica Santa María.
Por lo anterior, la combinación de alimentos presentes en una dieta determinará su mayor o menor beneficio a nivel del cutis.
Alimentos que hacen bien
La ya famosa dieta mediterránea es un buen ejemplo. Declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la mezcla de productos frescos como frutas y verduras, cereales, granos, nueces, semillas y pescado, todo ello aderezado con una de las grasas más saludables, el aceite de oliva; además de huevos, leche y una razonable cantidad de queso y vino tinto, ofrece varios beneficios.
«Es favorable para la salud en general y especialmente la piel, ya que por ser rica en ácidos grasos monoinsaturados -como el aceite de oliva- y poliinsaturados como el Omega 3 del pescado, mantiene la integridad de las membranas de las células de la piel y previene la oxidación por los radicales libres del ambiente», explica la doctora Eliana Reyes, nutrióloga de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica.
Su aporte va más allá incluso: un estudio de la Universidad de Tel Aviv asegura que seguir una dieta mediterránea ayuda a protegerse de los rayos ultravioleta del sol y, por lo tanto, del cáncer de piel.
El estudio recomienda especialmente el aceite de oliva, el pescado, las legumbres, el yogur y las frutas y verduras de colores vivos como la naranja, zanahoria, zapallo, sandía y tomate.
Eso sí, no hay que excederse con el vino tinto: demasiado alcohol también genera radicales libres, moléculas que afectan el colágeno y favorecen la aparición de arrugas y puntos negros.
Asimismo, por ser rica en frutas y verduras, contiene altos aportes de vitamina A y E, así como selenio, que actúan como antioxidantes previniendo el envejecimiento.
Algo similar ocurre con las dietas vegetarianas: como se componen en su gran mayoría de frutas, vegetales, granos enteros, raíces, nueces y legumbres, aportan al cuerpo amplios beneficios antioxidantes.
«Un buen aporte de vitamina C es necesario para la síntesis de tejido; además de los cítricos, como naranjas y limones, esta vitamina se encuentra en frutillas y verduras como el pimentón rojo y los tomates», cuenta Vanessa Vega.
Sin embargo, tiende a ser baja en calcio, Omega 3, ácidos grasos y vitaminas B12 y D, lo que se refleja en una piel más opaca.
«Para la regeneración de la piel es importante el aporte de zinc presente en alimentos proteicos, como el grupo de carnes rojas, blancas, pescados y mariscos», dice la nutricionista.
Una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos ayuda a perder peso fácilmente, pero el impacto en la piel, debido a la ausencia de glucosa, hace que los músculos y tejidos de la piel pierdan tonicidad.
Por otro lado, el alto consumo de carbohidratos -pan blanco, pastas, alimentos ricos en azúcar-, aumenta la insulina y la estimulación de andrógenos, lo que repercute en la aparición de granos y espinillas, algo que antes se asociaba a dietas ricas en grasas, como aclara la nutricionista Vanessa Vega.
Fuente: Emol, Cristián González
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